¿Qué es
la violencia
sexual?
Cuando hablamos de violencia sexual nos referimos a cualquier intento o acto de naturaleza sexual no consentido o que condicione el libre desarrollo de la vida sexual. Estos actos pueden darse tanto en lugares públicos como privados, en espacios físicos o virtuales, tanto por parte de personas desconocidas como de personas conocidas, y por parte de una o varias personas (LOGILS).
Aunque cualquier persona puede sufrir violencia sexual, las niñas, adolescentes y mujeres son las que más sufren estas violencias. Casi el 90% de las víctimas de delitos sexuales contra la libertad sexual son mujeres y niñas (Ministerio Interior, 2023). En nuestro país, 2,8 millones de niñas y mujeres de 16 o más años han sufrido violencia sexual en algún momento de su vida, en donde el 99,6% de los agresores son hombres (Macroencuesta 2019).
Las violencias sexuales son una de las formas más extremas de discriminación contra las mujeres y constituyen una violación de sus derechos humanos.
Desde un enfoque interseccional, junto a la discriminación de género, existen formas específicas de discriminación contra las mujeres que, por el origen, el lugar de nacimiento, la edad, la clase, su identidad de género, orientación sexual, discapacidad o la situación administrativa en el país entre otras, las coloca en una situación de especial desprotección y riesgos frente a la violencia sexual.
La violencia sexual puede manifestarse de muchas formas, pero todas tienen algo en común y es que se ejercen contra las mujeres por el simple hecho de serlo. Además la mujer que la sufre nunca la ha provocado ni es culpa suya.
Puede ser que hayas vivido alguna situación en la que te has sentido incómoda. Confía en ti misma, habla con alguien de tu confianza, busca ayuda. Si no es consentido, es violencia sexual.
Tipos de violencia sexual
La violación es la primera imagen que nos viene a la cabeza si pensamos en violencia sexual, pero hay muchas otras formas y manifestaciones de violencias sexuales que son menos conocidas o no son tan visibles. Es por ello, que decimos que la violación es la punta del iceberg de todos los tipos de violencia sexual, porque es la más visible, pero NO la única.
Causas
Las violencias sexuales tienen su raíz en los roles, mitos y estereotipos de género, así como los prejuicios sociales y culturales de una sociedad machista, patriarcal y racista, que naturaliza, niega, justifica, produce y reproduce la violencia de género contra las mujeres.
Estos estereotipos mantienen una situación de desigualdad de poder, en la que las mujeres siguen siendo dominadas y discriminadas impidiendo el ejercicio, goce y disfrute de sus derechos en condiciones de igualdad y sin discriminación de ningún tipo.
Consecuencias
Las consecuencias de esta violencia son múltiples y tienen efectos en la salud física, psicológica, relacional y sexual de las mujeres. Aunque estos efectos varían de persona a persona, algunos de los que más se repiten en supervivientes de violencia sexual son:
el miedo, la ansiedad, revivir el episodio violento y/o traumático (flashbacks), el insomnio, la depresión, trastorno de estrés postraumático, problemas en las relaciones afectivo-sexuales, cambios en el deseo sexual, dolores de cabeza o musculares, problemas físicos crónicos, somatización.
Buscar apoyo profesional puede ayudar a disminuir o eliminar estos síntomas. El estado de salud tiene también efectos en otros ámbitos de la vida como es el social o laboral.