Mitos y realidades de la violencia sexual

Ilustración de una planta carnívora de aspecto tranquilo con un insecto volando en sus alrededores.

Es posible que, si imaginas una situación de violencia sexual, pienses en una violación en la calle, en un lugar oscuro, por parte de un desconocido y en el que la víctima se resiste tenazmente. Esta forma de violencia sexual existe, pero no es la más frecuente. Sin embargo, mucha gente piensa que esta es la única forma de violencia sexual, y por eso se conoce como mito de la “violación auténtica”.

De la misma manera, cuando el agresor es alguien conocido o del entorno más cercano de la víctima, cuando la situación se da en una casa, de día o no se usa la fuerza física, muchas personas piensan que no es violencia sexual.

Este mito de la “violación auténtica” se encuentra muy extendido en nuestra sociedad y se basa en una serie de creencias falsas, perjudiciales y estereotipadas sobre la violencia sexual, las víctimas y los agresores.

Estas creencias, llamadas mitos sobre la violencia sexual, a menudo sirven para exculpar a los agresores y culpabilizar a las víctimas. Además, contribuyen a que la mujer no cuente ni denuncie la violencia sufrida, por miedo a no ser creída o sentirse juzgada.

Ilustración de una planta carnívora de aspecto agresivo con insectos atrapados en la boca de la planta.
Conjunto de elementos gráficos redondos abstractos y coloridos.
Conjunto de elementos gráficos redondos abstractos y coloridos.

Se suele creer que:

  • Las violencias sexuales son episodios aislados y poco frecuentes
  • El agresor es un desconocido
  • Ocurre en la calle, en sitios aislados y de noche
  • Son ataques violentos que dejan lesiones físicas visibles
  • Las víctimas se defienden enérgicamente
  • Las víctimas denuncian y piden ayuda inmediatamente
  • La única forma de violencia sexual es la violación
  • Nunca se podrán recuperar

La verdad es que:

  • La violencia sexual es más frecuente de lo que pensamos. El 13,7% de las mujeres a partir de 16 años han sufrido violencia sexual a lo largo de sus vidas.
  • El 49,6% de las mujeres que han sufrido violencia sexual fuera del ámbito de la pareja dicen que ha sucedido en más de una ocasión.
  • La mayor parte de las violencias sexuales se dan por parte de conocidos y del entorno de confianza de la víctima (70% hombres del entorno) y/o en lugares considerados “seguros”.
  • El bloqueo o inmovilidad durante una agresión es una reacción muy común entre víctimas de violencia sexual provocada por el miedo. Es una reacción instintiva de supervivencia que el 70% de las víctimas reportan. (Dhawan, Haggard, 2023)
  • Solo se denuncia el 8 % de la violencia sexual por el miedo a no ser creídas, culpa o vergüenza.
  • Hay múltiples formas de violencia sexual: agresión sexual, acoso sexual, acoso callejero…
  • La violencia sexual se puede superar: lleva tiempo y puede ser un proceso doloroso, pero con el apoyo necesario se puede sanar. Buscar apoyo profesional puede ser muy beneficioso en la recuperación.
Conjunto de elementos gráficos redondos abstractos y coloridos.
Conjunto de elementos gráficos redondos abstractos y coloridos.

¿Qué es la cultura de la violación?

Con este término nos referimos a la cultura en la que se normalizan las violencias sexuales, restándolas importancia y se perpetúan los mitos de la violencia sexual que culpabilizan a la víctima. La violación auténtica forma parte de la “cultura de la violación”.

A diferencia de lo que se puede creer, no es un concepto actual. La realidad es que fue en el movimiento feminista de la época de los años 70 cuando el término fue usado por primera vez. Se usó para visibilizar las violencias sexuales contra las mujeres y poner el foco en el conjunto de creencias, poder y control patriarcal que se ejerce en las mujeres y sus cuerpos.

La cultura de la violación cuestiona a las mujeres, considerando que deben tener un comportamiento preventivo para que algo así no les suceda, haciéndolas responsables de la violencia sexual sufrida, en lugar de responsabilizar al agresor por la violencia ejercida. Esto sucede en mayor medida cuando la víctima de violencia sexual no cumple con la idea de víctima ideal, según la cual, quién ha sufrido violencia sexual parece frágil, visiblemente afectada y ha tenido o tiene una vida sexual “intachable”. 

La cultura de la violación libera a los hombres y a la sociedad de la responsabilidad que les corresponde mientras se culpa a las mujeres.

La cultura de la violación forma parte de nuestra manera de pensar, de hablar y de movernos por el mundo. Y aunque los contextos pueden diferir, siempre está arraigada en un conjunto de creencias, poder y control patriarcal. Poner nombre a la cultura de la violación es el primer paso para identificarla y poner todos los medios para erradicarla.

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