¿Cómo apoyar a alguien que ha sufrido una agresión?

Ilustración de unas manos abrazándose de las cuales salen hojas y plantas.

Puede que no sepas qué hacer si una amiga o familiar te cuenta que ha sufrido violencia sexual. Es normal no saber cómo reaccionar cuando te cuentan algo así. También puede ser que en el ejercicio de tu profesión te encuentres con casos de violencia sexual y es importante tener en cuenta ciertas recomendaciones.

En esta sección queremos explicar qué podemos hacer para acompañar a alguien que ha sufrido violencia sexual y no revictimizar a la persona.

Una atención inadecuada puede generar daños psicológicos o victimización secundaria que se suman a los ya producidos por la violencia sexual sufrida o victimización primaria. De ahí la importancia de saber cómo actuar en estos casos para no revictimizar.

Lo primero es hacerle saber que no está sola, ESCUCHAR, CREER Y CONFIAR en lo que nos cuenta, reconocer sus sentimientos y hacerle saber que estamos a su lado para lo que necesite.

Ilustración de la metamorfosis que empieza siendo gusano, crisálida y, finalmente, mariposa.

En muchas ocasiones las supervivientes sienten culpa o vergüenza por no haberlo evitado. El agresor es el único responsable de la violencia. Ninguna mujer merece ser violentada y es importante expresar que en ningún caso son responsables de la agresión sufrida.

Es importante que respetes los tiempos y las decisiones de la mujer. Ella sabe mejor que nadie sus circunstancias y lo que le conviene. En cualquier caso, puedes ofrecerle ayuda para contactar con un centro especializado para que reciba información y orientación por parte de profesionales especializadas. En estos centros también se acompaña a familiares y personas de apoyo de las mujeres supervivientes de violencia sexual.

Si una mujer te ha contado que ha sufrido una agresión sexual seguramente es porque confía en ti. Es importante que sigas manteniendo esa confianza respetando su privacidad y confidencialidad.  

Ten en cuenta que perjudicamos a la mujer:

  • Si hacemos juicios de valor sobre lo que nos cuenta.
  • Si no respetamos su autonomía y le decimos lo que tiene que hacer.
  • Si restamos importancia a la violencia sufrida.
  • Si hacemos preguntas inadecuadas como, por ejemplo, por qué se fue con él, por qué no tuvo más cuidado, etc.
Conjunto de elementos gráficos redondos abstractos y coloridos.
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Si como profesional te encuentras ante un caso de violencia sexual, puede ser que sea la primera vez que esa mujer se lo cuenta a alguien, por eso es muy importante que tu respuesta sea adecuada y que sepas cómo reaccionar. Para ello es fundamental:  

  • Garantizar la confidencialidad, dándole intimidad para poder expresar sentimientos libremente en espacios (o lugares o entornos) seguros y privados.
  • Contactar con un centro especializado de atención integral a mujeres víctimas de violencia sexual para recibir asesoramiento como profesional y poder derivar a la mujer si así lo desea.
  • Mantener una actitud empática y validadora, valorando su valentía y transmitiendo interés.
  • Ser paciente y atenta/o sin interrumpir, sin impacientarnos y sin inducir respuestas.
  • Evitar pedir detalles o datos concretos sobre la violencia sexual sufrida. 
  • Ser respetuosa/o, sin emitir juicios de valor, sin cuestionarla y sin exigirle explicaciones.
  • Permitir sus expresiones y desbordamientos emocionales, conteniendo emocionalmente a la mujer y procurando no desbordarte emocionalmente ante ella.
  • Procurar discreción en todo momento, no hacer promesas falsas ni restar importancia a lo sucedido.
  • Mostrar cercanía y priorizar sus necesidades evitando mostrar indiferencia, desprecio o incredulidad.
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